Ayer ha sido un día especial, sabía que era un día diferente puesto que por fin me darían la respuesta si en la entrevista en la embajada americana me darían el “Sí” o el “No”. Pero antes de contarles el meollo del asunto quiero poner en contexto mi situación antes de dar esa ansiada entrevista.
Primera Visita:
Obtuve la visa Americana hace unos 11 años, tuve la oportunidad de ir a estudiar por un periodo a Dallas TX en el 2014, era simplemente un programa intensivo de inglés en una universidad reconocida, pero conociendo la inversión que había hecho mi padre y su esfuerzo para conseguirlo, di todo lo que mis neuronas podían otorgar, subí aproximadamente 10KG en un periodo de 4 meses por comer cosas que estaban a la mano y la realidad también es que la comida allá no es para nada saludable, ya ustedes entenderán lo que hace la comida rápida. Tuve la felicidad de obtener el primer puesto en el programa, incluso ganando un certificado especial que me permitía estudiar el postgrado en la universidad sin tener que dar exámenes de inglés, una maravilla aunque recién estuviera a la mitad de mi pregrado, fue esperanzador y fuera de lo ordinario para mi. Fue uno de los momentos que estuve más orgulloso de mi mismo, una experiencia muy buena para mi autoconfianza y autoestima. De este viaje desencadenó mi interés con el tema fitness, al volver no podía creer lo que había subido y decidí hacer un cambio, algo que me ha acompañado por ciclos hasta este momento de mi vida.
Segunda Visita:
Luego de que me anularan la visa de estudiante apenas volviendo de Estados Unidos, fuimos por la visa de turismo en familia, nos la otorgaron. Mi padre y su esposa nos invitaron a mi y a mi hermanos a un “viaje en familia” al año próximo, el primer y único family trip que tuve en mi vida de ese estilo. Fue algo que me sacó totalmente de mi rutina, conocimos Disney, Universal y luego, incluso mejor, nos fuimos a un crucero de Miami a Bahamas por casi una semana. Desde mi punto de vista fue el anhelo de una familia emergente que por primera vez podía darse un lujo que costaría varios años de deuda, pero sabía que en esos momentos podría cubrirla. La cantidad de buenos recuerdos en tan solo 13 días de viaje te hacen pensar que a veces la cantidad de días de vacaciones sí son suficientes, aunque en realidad no lo sean. Me sentí muy alegre y agradecido por poder disfrutar de este viaje y de compartir tiempo de calidad con mi familia, algo que siempre sentí precioso por su escasez.
Tercera Visita:
La siguiente ocasión decidí viajar con mi ex-enamorada (enamorada en ese momento), ya estábamos cumpliendo 4 años de una relación, esas de las complicadas, y la verdad el viaje era para resucitar un poco la llama que ya estaba 152 metros bajo el mar, por lo menos mi intención fue esa, pero en realidad fue como desfibrilar un sashimi 🎣 . Influyó también el hecho que cuando compramos los pasajes nuestra situación estaba un poco mejor, no obstante este se tuvo que postergar por el COVID19, (La anécdota fue así: yo me encontraba en su casa con las maletas listas, debíamos salir a la 1:00 am de un día de marzo 2020 hacia el aeropuerto, cuando en la televisión aparece el presidente colocando el estado de emergencia en curso, el toque de queda y la anulación de todos los vuelos… volví a mi casa con el rabo entre las patas jalando mis maletas, fue suerte ya que si nos agarraba allá iba a ser un problemón, pero a la vez me dejó con las ganas, en fin llegamos a viajar un año después). Lo importante que sepan es que la pasamos bien, pero ahí nomás quedo todo. Igual me sentí feliz de hacer ese viaje, fuimos a Miami y luego conocimos una ciudad hermosa al norte de florida llamada San Agustín; Ciudad conocida como la más antigua de USA, un MUST si es que vas para allá.
Cuarta Visita:
La última vez que arribé en los Estados Unidos fue en el 2022, se dio la oportunidad de hacer por primera vez un viaje con mi hermano y con alguien con quien llevaba una amistad de más de 25 años (Lo digo así puesto que tristemente esta amistad llegó a su fin y me dejó una herida abierta en la espalda que sigue cicatrizando). Para mí este fue el mejor viaje que he realizado, fuimos a Miami, alquilamos un auto y viajamos todo lo que pudimos por el estado de Florida. De Miami nos fuimos a Orlando, vimos a Mickey desde afuera nada más puesto que estábamos de pasadita, luego avanzamos a Sarasota, una ciudad de la costa oeste del estado, QUE CIUDAD!, linda con el ambiente cálido, calmo y con las playas que compiten por ser las más hermosas de todo Estados Unidos, sin más que ver volvimos hacia Miami para descansar un par de días y, de allí, nos enrutamos hacia el punto más al sur de todo el país, Key West. Esta última es una ciudad pintoresca, cálida y que parece que se ha detenido en el tiempo. No tengo palabras para describir la ciudad (ni las iguanas que van andando como si fueran palomas por la calle). Lo más bonito fue el camino, en una carretera que corta el mar atlántico y solo ves mar azul en ambos lados, increíble.
Aceptar es Avanzar
Bueno con esto se dan una idea de lo que siento por el País, me gusta mucho Estados Unidos a pesar de haber tenido pocas oportunidades de ir para allá. Casi todas mis visitas han ido asociados con un boost de alegría, conexión con seres queridos, calma mental y sentido de desarrollo personal. Pero a pesar de eso, ayer, después de unas preguntas y al salir de la embajada con el papelito blanco donde se confirmaba el rechazo del país del Tío Sam hacia mí, no me sentí para nada mal. Obviamente, me sentí un poco humillado y decepcionado, pero entendí a los minutos que estas cosas suelen suceder. A todos nos han rechazado alguna vez, ya sea un conocido, un amor no correspondido, un trabajo, un jefe, etc. Es parte de la vida y eso no puede detener a nadie. Estamos diseñados para poder juntarnos con aquellos que somos compatibles y si no lo somos, hay dos caminos: 1. Buscas aquellos que sí lo sean y los mantienes en tu círculo o 2. Te adaptas para ser compatible en algún círculo externo. En este caso yo sé que cuando esté en una mejor situación podré postular nuevamente y conseguir ese sticker en mi pasaporte, todo depende de mí. Sin embargo, cuando el carácter del rechazo no es impersonal como el de una simple visa, puede ser más difícil aceptarlo, y girar en torno a eso durante mucho tiempo es fácil; por ejemplo, una relación complicada o rechazo de grupos sociales que queremos pertenecer a cualquier costo. Recuerda que siempre que estés dispuesto a hacerte compatible debes preservar tu dignidad, puesto que es lo único que debe quedar intacto para cuidar tu autoestima. Nada vale más que eso.
El rechazo es parte de la vida, no debemos tener miedo a ser rechazados ya que la oportunidad siempre está allí presente, no lo sabrás si no te animas a probar. Y si nos llega a suceder, nos levantamos, sacudimos el polvo de las rodillas, aceptamos y avanzamos.
Espero no haber aburrido a nadie con este post personal, pero quería compartirlo para aligerar la cabeza y ver si me rechazan o no. jajaja.
Un abrazo!! Seii.